Antonio Prez no se ha perdido una final de la Champions, la era moderna de la Copa de Europa, del Real Madrid. El 1 de junio cumplir en Londres su noveno viaje que le reparti por Amsterdam, Pars, dos veces; Glasgow, Miln, Lisboa, Kiev y Cardiff detrs del equipo blanco. “La primera vez, en 1998, a mi amigo Ramn y a m nos costaron 17.000 pesetas, pero eran las ms caras. Recuerdo que me puse plido porque no sabamos si nos iba a llegar con lo que llevbamos en los bolsillos. Terminamos soltando alguna moneda de 100 pesetas, incluso. En esta ltima me ha tocado en el sorteo una de 170 euros”, reconoce, mientras revela que la volea de Zidane “la vi despus de pagar 300 euros en la reventa”. Para este ao no baja de 2.000 el mercado negro.
Prez es un estratega en este tipo de acontecimientos. Cada primavera ya tiene en su presupuesto familiar previsto el desembolso. Si el Madrid cae eliminado, la cantidad pasa al captulo del ahorro. A Amsterdam fue en autobs, “25 horas de ida y otras tantas de vuelta”; a Pars y Lisboa en autocaravana. Pero no es lo comn. El ftbol, los grandes acontecimientos del deporte en general, comienzan a ser un bien de lujo, cuya espiral de ingresos no se resume a los de la propia industria sino que alimenta a otros sectores, empezando por la aviacin. En Estambul, el ao pasado, sede de la final de la Champions entre el City y el Inter, se bati el rcord de vuelos en un da a la capital turca: 1.594 aterrizajes, en su mayora chrters o vuelos privados. No fue barrera, como ocurre este ao, que las entradas alcancen para un buen sitio 515 euros, an alejadas de las ms caras, que alcanzan los 711. El sueldo mnimo en Espaa, por comparacin, es de 1.050.
As fue el sorteo de entradas del Real Madrid para la final de Champions
La pandemia, especialmente, produjo un aumento significativo del inters de las personas por disfrutar de experiencias deportivas en vivo. La necesidad de socializacin y el aprecio por lo vivido dispar la demanda. Tambin la sobreexposicin de un sector de la poblacin en las redes sociales. “El sentimiento de pertenencia a un club y el amor a unos colores es algo absolutamente irracional; muy, muy emocional, y, despus del confinamiento, los seres humanos lo que buscamos es experimentar y disfrutar de vivencias que nos aporten felicidad”, destaca Alberto Martnez Guerra, director de bico, una agencia que, entre otras muchas ofertas, desarrolla planes a medida de viajes deportivos.
El sentimiento de pertenencia a un club es algo absolutamente irracional; tras el confinamiento buscamos experimentar felicidad
De este mpetu se percat el algoritmo de los buscadores de vuelos, que al ritmo que un equipo avanza en las eliminatorias de las citas deportivas importantes va incrementando el precio. Ningn trayecto directo baja de los 600 euros para la vspera o el da de la final de Wembley. A Nueva York, con una escala, se poda viajar desde Madrid por 464 euros a la hora de escribir este reportaje.
“Es el mercado el que marca los precios”, razona Martnez Guerra. “El aumento de los precios es generalizado en todos los mbitos de la sociedad, incluido el turismo que, adems, sufre una estacionalidad muy arraigada, y eso incluye al turismo deportivo. En los ltimos aos, la demanda para asistir a las finales de la Champions League es increblemente alta, lo que hace que los precios se incrementen”.
Auge del turismo deportivo
El turismo deportivo sufri un estrangulamiento con el Covid, pero ha repuntado rompiendo el techo, al menos en Espaa. En 2023, el pas recibi a 4,8 millones de turistas y aport 1.551 millones en divisas, casi el 2% de lo singresos totales desde el extranjero en el sector.
Este movimiento global tendr un momento cumbre en dos meses en Francia, con la disputa de los Juegos Olmpicos de Pars. “La mitad de las entradas son de menos de 50 euros. Por supuesto que las hay ms caras, pero no ms de lo que fueron en el pasado”, apuntaba en una entrevista en MARCA, Tony Estanguet, en respuesta a las crticas que verti Sebastian Coe, presidente de World Athletics, alarmado porque en el Estadio Olmpico, durante las sesiones vespertinas de atletismo, algunas entradas se elevan hasta 990 euros. “Si quieres espectadores en los estadios tienes que poner precios accesibles”, esgrime el britnico.
An ms disparatado es el precio de las entradas para la ceremonia de inauguracin en el Sena. Las ms cercanas a Trocadero llegan a alcanzar los 2.700 euros. Esa noche, la del 26 de julio, ser un agosto para la ciudad. Los hoteles han triplicado hasta 700 euros de media una habitacin doble entre los de tres y cuatro estrellas, segn una encuesta que public Reuters. Segn otro estudio, el 4 de agosto, el da de la final de los 100 metros lisos masculinos, ser el da ms caro con los hoteles de cinco estrellas a ms de 1.400 euros. Adems, las tasas hoteleras se han multiplicado por tres durante los Juegos. Cada noche en un hotel de lujo supondr un aadido de cinco euros por persona. Se espera que Pars acoja a 15 millones de viajeros durante el periodo olmpico, aunque no todos estarn interesados en acudir a presenciar competiciones. Un apartamento de una habitacin cerca de la Torre Eiffel costar 6.038 euros una semana, segn Booking.com.
En general, el precio de las entradas es lo ms sensible para las crticas de los aficionados. El madridismo, antes de Wembley, se ha despachado a gusto contra los precios de los abonos para la Final Four de Berln este fin de semana. Y eso que al club blanco nos le han llegado los abonos ms caros, que se van a 709 euros. Lamentan que a los boletos de 569, 519 y 429 euros hay que aadir el vuelo a Berln. Los nicos desplazamientos econmicos (239 euros) suponen 17 horas de periplo por Alicante y Estocolmo.
“Ms que el precio de las entradas, que tambin es abusivo, es reprochable el cupo de entradas que, por ejemplo en el ftbol, se queda la UEFA. No puede ser que venda ms de un tercio del aforo del estadio, por muy propietaria que sea de la competicin”, expone Prez, el aficionado del Real Madrid. “Entiendo que debera quedarse con un cupo pero no ms del 10% y para patrocinadores, porque vende tambin a aficionados y luego eso aviva la reventa”.
El nuevo orden
Lo cierto es que el panorama en las gradas muta con el paso del tiempo. Los aficionados de toda la vida comienzan a convivir cotidianamente, y a veces ya en minora, con la gente pudiente que llega desde cualquier rincn del planeta para un espectculo en concreto. El Bernabu es un ejemplo ya en los grandes partidos, aunque el club y la polica intentan combatir la reventa. Recientemente se detuvo a un individuo con 38 carnets para ser revendidos. Los nuevos ricos han llegado para quedarse.
Cuentan, en otro deporte, que un antiguo empleado de uno de los grandes eventos quiso interesarse por una campaa dirigida exclusivamente a los aficionados de toda la vida. “Eso est muy bien”, le respondi su jefe. “Pero t te preocupas por el 90 por ciento de la gente que son el 10 por ciento de los ingresos y yo me preocupo por el 10 por ciento de la gente que son el 90 por ciento de los ingresos”.
Esta singular aplicacin del teorema de Pareto ha encontrado rpidamente acomodo en la Frmula 1, cuyo Gran Premio de Mnaco es el paraso de la opulencia. Cada vez los circuitos arrinconan ms aquellas citas de viejas pelousses a 60 euros el abono. Ahora, son las VIP experiences las que presiden el Gran Circo. Boxes como el de Miami, con aforo para 20.000 personas, que pagan 15.000 euros. En cierta medida es la manera en la que funcionar el futuro GP de Madrid. Las experiencias abarcan ya hasta el festejo en el podio. Los mecnicos de Leclerq en Imola, el domingo pasado, quedaron en un segundo plano, mientras los potentados jaleaban su tercer puesto.
Puro sentimiento
“El turismo deportivo sigue siendo una prioridad para el consumidor y, para estas grandes ocasiones, la gran demanda no se resiente, pese a los elevados precios que puedan suponer las entradas, viajes u hoteles. Lo que mueve a los pasajeros en estos casos es el amor por el escudo. Hay quien ahorra todo el ao para hacer un safari y quien prefiere destinar esos ahorros a vivir esta experiencia junto a su equipo por el altsimo valor emocional que supone. Es puro sentimiento”, remata Martnez Guerra.
“La gente se queja por el precio. Pero deberan saber cunto valen las entradas de la Super Bowl: 4.500 dlares”, dice un experto. Y el Map&Flag del Masters de Augusta de golf 17.000 dlares, que desde este ao se ha erigido como el rincn ms caro del deporte. Y ni siquiera est al lado de uno de los hoyos.
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